Una vida de una pas cualquiera…
Descubrí este don casi al mismo tiempo que empecé a andar. Siempre fui alegre, extrovertida, enérgica, cariñosa y sin miedo a nada, como muchos niños.
Con mis primeros pasos la música me atrapó, siempre estaba bailando y tocando los instrumentos que había en casa.
Lloraba de emoción, y esas emociones se iban conmigo a la cama.
Si me reñían o gritaban lo pasaba fatal y se me encogía el corazón.
El problema vino cuando salió mi carácter contestatario, no me creía nada de lo que me contaban ni mis padres, ni curas, ni profesores.
Siempre fui una librepensadora y preguntaba el porqué de todo y ponía todo el corazón en lo que hacía aún a sabiendas de que en alguna ocasión iba a salir escaldada.
En la pubertad, pensaban mis padres que impidiendo que saliera iba a cambiar.
No supieron hacerlo de otra manera y no hay rencor en mi corazón. Como no me entendían me dieron por perdida.
Estudié Derecho al mismo tiempo que trabajaba, y ahora, tras 20 años de ejercicio, sigo muy motivada.
El baile, la música y el montañismo como afición me acompañan siempre.
Durante muchos años necesité psicólogos para arreglar el destrozo emocional que me había generado un entorno hostil en casa, y hoy puedo decir que hicieron un gran trabajo.
He aprendido mucho de mi comportamiento, a mejorar actitudes, y a convivir con las cicatrices de la vida, igual que otra persona sea PAS o no.
Descubrí al hacerme una prueba de audiometría que tenía un oído que superaba los límites (otro rasgo PAS), así que me hice unos audífonos a medida para reducir el sonido ambiental.
Sé que es un don que hay que aprender a gestionar, y ahora lo disfruto, pero controlándolo, para que vivir no me haga daño.
Sentir, pero utilizando la cabeza -que para eso está-, y poner límites, algo que también nos cuesta a los PAS.
En un mundo deshumanizado, estoy enseñando al corazón a pensar con la cabeza, y parafraseando a Neruda, puedo decir que …confieso que he vivido…¡¡¡ y sentido!!!
Gracias a la vida que siempre te descubre cosas maravillosas si tienes los ojos abiertos y crees en ti.
Autora no anónima pero si camuflada…
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